A razón del análisis urbano que precede el diseño, la propuesta replantea la asignación del lote para el edificio principal, formulada en las bases del concurso. Para realizar esta redistribución, el Centro Cultural de España es implantado en un lote de 2500 mt² con un frente generoso sobre la calle 19, que permite conformar una gran plaza congregacional para un entorno cultural y educativo diverso.
Sobre la calle 20, adecuada para accesos vehiculares a los edificios de la manzana, se proponen 1 o 2 lotes de uso rentable como vivienda u hotel acompañados de un desarrollo urbano interior. La repartición equitativa de usos en el predio responde a las condiciones específicas de cada borde, potencializa un proyecto inmobiliario a futuro y le otorga protagonismo al Centro Cultural y a la plaza urbana que lo acompaña.
El edificio principal propuesto se estructura sobre un recorrido interior oriente-occidente, que conecta la carrera tercera con el eje ambiental y que capta flujos peatonales entre las estaciones de Transmilenio y las múltiples instituciones educativas y culturales al oriente del proyecto. Este recorrido interior cubierto de doble acceso, hace manifiesta la apertura del Centro Cultural de España al medio bogotano.
La fachada sur que delimita la plaza urbana está planteada como una gran vitrina que expone material gráfico promocional y que permite a todo transeúnte ver desde el exterior el contenido de las exposiciones. Las dependencias con mayor afluencia se encuentran en el primer piso, mientras que el segundo se reserva para espacios que requieren un grado mayor de aislamiento. Un sótano alberga estacionamientos y servicios complementarios.
La decisión del cambio de lote supuso la descalificación de la propuesta, a pesar de que se había desarrollado una argumentación contundente sobre la idoneidad de la iniciativa.